18/4/06

Presencia de Paco en Valladolid (LA JORNADA DE MICHOACÁN)


Corresponde a las actividades del 466 aniversario de Morelia

Presencia del músico Paco Rentería en la plaza Valladolid con Pasión, gracia y fuego

ERICK ALBA
Paco Rentería durante su concierto, en la plaza Valladolid
Lupa
Paco Rentería durante su concierto, en la plaza Valladolid Foto: GUSTAVO AGUADO
Las pruebas de micrófono, algo de humo artificial y las sillas dispuestas frente al escenario montado en la plaza Valladolid la noche del miércoles, era el único anuncio de que algo sucedería en el lugar, aunque la poca publicidad previa dejaba la duda sobre el carácter de la presentación, su motivo o sus objetivos, hasta que la rechifla que poco a poco empezaba a extenderse entre el público, en punto de las 20:30 horas, fue suficiente presión para hacer aparecer a los músicos resguardados en el edificio trasero, la Casa de las Artesanías.
Seis instrumentistas vestidos de negro iniciaron su trabajo sin mediar palabra con el público, y en medio de la primera obra rítmica, al igual que las de todo el programa, apareció Paco Rentería, el compositor jalisciense, para encargarse de la guitarra acústica en que practica una alegre fusión del flamenco con ritmos afroantillanos, con el rock y con el new age.
Algunos de los paseantes que hacían fila para subir al transporte público al costado de la plaza decidieron quedarse, otros simplemente se marcharon. Atrás de la sillería se mantenían de pie otros espectadores, como explorando la presentación antes de decidir presenciarla completa o seguir con su rutina, mientras el autor saludaba a Morelia y explicaba su larga ausencia de la ciudad.
“Hemos estado en Michoacán, pero hace mucho tiempo que no estábamos en Morelia”, dijo Rentería entre una obra y otra, ante un público que poco a poco se hacía más numeroso aunque titubeante, pues algunos de los paseantes solicitaban información completa sobre la identidad del grupo, el motivo de su trabajo o quién los invitó.
Un comunicado previo enviado a los medios de comunicación estableció que Paco Rentería se presentaría gratuitamente en el Centro Histórico de Morelia como parte de los festejos por el 466 aniversario de la fundación de la ciudad, aunque el comunicado no se difundió lo suficiente por la premura con que se entregó.
Sin embargo, los que presenciaron el trabajo musical de los tapatíos pronto quedaron atrapados en la esencia rítmica que se envolvió entre la pasión flamenca de los instrumentos de cuerdas y alientos, y el bullicio tropical de las percusiones a mano desnuda, sin importarles mucho saber los nombres de los que ocupaban el escenario.
Los aplausos se mostraron menos reticentes con el paso del tiempo, con algunos chiflidos de aceptación en los solos de Rentería sobre las cuerdas, de recorridos rápidos y limpios mientras la trompeta, la flauta e incluso el bajo asomaban su propio carácter sin ánimo de protagonismo, pero en papeles destacados.
La agrupación visitante pisaba un escalón más dentro de la gira promocional pactada con Sinaloa, Yucatán, Zacatecas, Michoacán, Guanajuato y la ciudad de México, teniendo bajo el brazo Gitanus, el último de los cinco discos con que cuentan y que les han llevado a países como Egipto, España, Francia, Canadá, Japón, Italia y Portugal.
El concierto Pasión, gracia y fuego, formado por lo que Paco Rentería llama “flamenco gitano rock”, provocó una reacción ya calculada de agrado en el público, con gritos de las morelianas a cada piropo lanzado por el guitarrista principal, y con aplausos en medio de la música vertidos por aquellos emocionados con la rapidez de los punteos sobre el instrumento, para dejar un buen sabor de boca dentro del apurado y congestionado paseo por el centro de la ciudad.